Cada 7 de julio se celebra el “Día Mundial de la Conservación del suelo”. Esta fecha tiene como fin recordar el fallecimiento de Hugh Hammond Bennet, quien fue un reconocido hombre ciencias que quiso lograr un aumento de la producción de la tierra sin descuidar su protección para así generar conciencia de los beneficios que éste puede traer con un manejo adecuado.
Por lo mismo, en un país como Chile, donde gran parte del territorio se destina para la producción agrícola y forestal, es necesario entender cuáles son las consecuencias en un suelo que es constantemente presionado por una industria que va en expansión. Seguramente el concepto “degradación del suelo” puede sonar lejano y tal vez difícil de entender.
Entonces, ¿qué es la degradación del suelo? Para esto el Ingeniero Forestal académico de la Universidad Austral y socio de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN), el Dr. Víctor Gerding, explica que lo primero que hay que comprender es el significado de la salud del suelo. “Para sostener la productividad biológica hay que promover la calidad del agua y del aire”, manteniendo la salud vegetal, animal y humana. La degradación corresponde “a un cambio del estado de salud que genera una disminución de la capacidad del ecosistema de proporcionar bienes y servicios”. Es decir, este proceso reduce la capacidad de la tierra para desempeñar sus funciones lo que a la larga se traduce en “menor rendimiento de cosechas, menor regulación del balance hídrico de una cuenca, reducción de biodiversidad de flora, fauna o microorganismos, contaminación del agua, liberación de CO2 a la atmósfera”, entre otros.
LA CONTAMINACIÓN DEL SUELO
La contaminación es la principal causa de degradación de los suelos, dada la forma en la que se trabaja en los distintos procesos industriales. Gerding explica que esto dependerá del tipo de residuo que se esté produciendo. Por ejemplo los gases, desechos industriales, basura de diversos tipos, y “los productos agroquímicos y fertilizantes que han sido diseñados para ser aplicados al suelo pueden actuar como agentes contaminantes, alterando algunas propiedades químicas del suelo y, como consecuencia, sus características biológicas y físicas”.
El resultado final de este proceso de contaminación se verá reflejado en un menor crecimiento o mortalidad de plantas, disminución de la población de organismos que viven en el suelo, entre otros.
¿SE PUEDE RECUPERAR UN SUELO QUE FUE DEGRADADO?
“No todos los suelos pueden ser recuperados”, porque si bien es un componente del ecosistema que está siempre en evolución desarrollándose a escala humana, se debe considerar como un recurso natural no renovable. Por lo tanto, dependiendo de la degradación y su intensidad es que hay suelos que pueden ser recuperados y otros no.
El académico y socio de la AIFBN, explica que cada caso merece ser analizado, ya que dependerá del “clima, las condiciones técnicas y financieras disponibles”. De esta forma la técnica más usada para la recuperación del suelo o remediación es la fertilización. Esta es “una práctica común para recuperar el agotamiento nutritivo debido a las cosechas”, también “el arado y el subsolado se aplican con éxito para recuperar suelos compactados”, además del restablecimiento de vegetación.
¿CÓMO PREVENIR?
Como en todo ámbito, la prevención es clave, por lo mismo se “ debe evitar la degradación del suelo”. Gerding explica que “entre los profesionales del sector silvoagropecuario, ingenieros agrónomos e ingenieros forestales, están los que tienen las competencias para diseñar prácticas que no degraden el suelo o, si este ya está degradado, para recuperarlo en lo que sea posible. Sin embargo, la legislación chilena con respecto al suelo, si bien ha avanzado en las últimas tres décadas, todavía es parcial, insuficiente y dispersa. Con tal escenario legal se dificulta la recuperación de muchos suelos degradados y aún queda libertad de acción para aplicar manejo no sostenible del suelo. Entonces, se requiere mejorar y ampliar el cuerpo legal relativo al suelo, tanto para prevenir su degradación como para promover su recuperación cuando esté degradado. En ello han aportado los especialistas en las ciencias del suelo y así, por ejemplo, desde hace dos décadas se tiene una propuesta de ley para la conservación de suelos, es decir, para el uso sostenible intergeneracional del mismos. En estos aspectos, varios países latinoamericanos nos llevan enorme ventaja”.
“El suelo cumple muchas funciones que hacen posible la vida en la Tierra, siendo un recurso básico de subsistencia”.
Artículo publicado en el sitio web de la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo (AIFBN). Ver aquí
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