Somos muchos los que estamos enervados por el comportamiento frívolo, irracional, cuasi populista de la honorable Cámara de Diputados.
De allí se han originado 10 acusaciones constitucionales —que incluyen a jueces e intendentes— en solo tres y medio años de plazo; donde solo una ha llegado a término. De allí se han escuchado silencios vergonzosos con los atropellos sistemáticos a los derechos humanos en Nicaragua, Venezuela y Cuba, entre otros.
Desde allí se han fabricado cuatro proyectos de retiros de fondos previsionales de personas cotizantes a las que dejaron sin jubilación futura o suficiente.
De allí se han escuchado discursos encendidos para promover el indulto y la amnistía grupal, más un sinnúmero de mociones para atar de manos a las policías que previenen vandalismos.
Me pregunto en voz alta: ¿hasta cuándo la ciudadanía soportará el libreto de “pan y circo” que muchas diputadas —y sus fieles seguidores diputados— marcan como patrón del día a día?
La democracia nos interesa a todos y es sagrada.
Pero exige más respeto y gran responsabilidad debida.
¡Basta ya!
Eduardo Aninat Ureta.
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