Cuatro de los cinco diputados de nuestra región han decidido sumarse a la demagogia electoralista de los retiros del 10%, aprovechándose de las necesidades de las personas, que siempre querrán su plata ahora ya (por eso todos los sistema de seguridad se basan en cotizaciones obligatorias, si no nadie ahorraría), y de la deslegitimación social en que han caído las AFPs.
Con ello no sólo dinamitan aún más la disponibilidad de fondos para mejorar las futuras pensiones de los chilenos (se estima que esto bajará entre un 27%-35% las futuras pensiones), sino que golpea brutalmente a los más pobres (que hace rato no tienen nada que retirar) por el aumento en la inflación y beneficia especialmente a los más ricos (que no tributarán un peso y que se llevaran la mayor tajada de este 4to retiro).
No hay medida más regresiva y desigual que esta.
Hace unos días, el ex presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, dijo que “en la izquierda faltaban cojones para oponerse”. Lamentablemente, esa falta de liderazgo ya no es patrimonio exclusivo de la izquierda. Algunos han salido a defender lo indefendible, argumentando que hay que excusar a los diputados, porque “tienen que ganar una re/elección”, como si fueran seres indefensos sin capacidad alguna para liderar y a los cuales les deberíamos permitir cualquier cosa para que no pierdan su preciado cargo.
Pero las ciudadanía se está dando cuenta de este cohecho encubierto: una encuesta realizada recientemente por Criteria Research arrojó que el 69% de las personas cree que los parlamentarios impulsan un 4to retiro por sus intereses electorales. Tarde o temprano los candidatos deberán rendirle cuentas a Chile por el enorme daño que están produciendo al aprobar políticas públicas regresivas y sacrificando el país y nuestro futuro en pos de sus intereses personales.
Marta Canto Castro Administrador Público
Tomás Mandiola Lagos Abogado.
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