La noche del martes 18 de octubre Sergio Luis Oyarzo Sotomayor, de 21 años, se habría lanzado a las aguas desde el puente nuevo de Río Bueno y desde entonces se encuentra desaparecido.
Su familia interpuso una denuncia por presunta desgracia y desde ese día, diversas instituciones participan en las labores de búsqueda del joven, del que solo se encontraron algunas pertenencias personales en las cercanías del último lugar en el que se le habría visto.
Su mamá, Carmen Sotomayor Escobar, en conversación con Grupo DiarioSur expresa que “está todo borroso, no sabemos nada en realidad. Puede que ni siquiera esté en el río” y añade que “estoy desesperada por encontrarlo y cada día no encontrarlo se hace más angustioso…”
El día que Sergio desapareció había sido una jornada normal. Carmen relata que al llegar a casa alrededor de las 18 horas de vuelta de su trabajo encontró a su hijo. “Yo no le permitía tomar cerveza en la casa, pero ese día él se había tomado cuatro latitas, pero no estaba ebrio, ni nada”.
-¿Ese día no notó nada especial en él, que le diera algún indicio de algo?
“Estuvimos conversando. Me contaba de una persona que tenía problemas de alcohol y de depresión. Yo le dije que le dijera que mandara a “Chuchunco” la depresión. Le dije que todos saben que a mí me han pasado muchas cosas en la vida y que he sabido batallar y salir adelante.
Tenemos nuestra casa y he salido adelante por ustedes que he tenido esa valentía. Una persona no se puede escudar en una depresión, porque uno no puede, menos cuando tiene hijos. No sé, me decía. Esa persona está así. Pero luego se fue contento”.
-¿Y usted sospecha que esa conversación podría haber sido sobre él mismo?
“No lo sé, pero averigüé y él me estaba hablando de otra persona. No de él. Pero no sé en realidad qué pensar. No sé qué pasó con él, si realmente se tiró al río o qué….no sé…yo estoy pensando ahora lo peor porque no lo encuentran en el río y han andado muchos buscándolo”.
-¿Él no manifestó nada especial ese día, ni le había dado depresión anteriormente?
“Él tenía una personalidad muy fuerte y nunca se dejaba llevar al doctor. Como es mayor de edad uno no puede hacer mucho. Quizás tenía depresión y se pudo lanzar, pero no hay huellas tampoco”.
-Pero si así hubiera sido -que tuviera depresión- ¿no era una depresión de las que hacen sospechar, de andar triste, en silencio, si no que andaba bien, trabajaba?
“Así es”.
Después de la conversación, Sergio le dijo a su mamá que iba a salir. “Le pregunté si era para juntarse con su polola y me respondió: “por ahí, por ahí, pero vuelvo…”, relata.
Alrededor de las 19:30 el joven salió de la casa -ubicada en Pindaco- con su hermana y el pololo de ésta, quienes lo llevaron en auto a Río Bueno, donde se iba a juntar con sus amigos, con los que después se iba a ir al trabajo, pues todos son funcionarios de Colun. Pero Carmen no los conoce. Él entraba alrededor de las 23 horas, pues tenía turno de noche.
Ese día Carmen no lo llamó para saber cómo estaba y si ya iba rumbo a su trabajo, pero no se preocupó, porque como a muchos jóvenes no le gustaba mucho que lo estuviera llamando. Más tarde llegó carabineros “y me enteré de que supuestamente se había tirado al río”, recuerda.
Lo que sigue solo ha sido buscar e imaginar lo peor.
Pero este domingo Carmen vislumbra esperanza, pues un buzo especializado se sumaría a las labores de búsqueda de su hijo. Pero es esperanza entre comillas, porque se relaciona con la posibilidad de que encuentren el cuerpo de Sergio en uno de los dos pozones profundos que hay en esa zona del río Bueno.
Pese a sus afirmaciones, vuelve a manifestarse escéptica sobre la posibilidad de que su hijo se haya tirado al río y elucubra varias teorías sobre lo que pudo ocurrir esa noche del 18 de octubre con quien describe como “un muy buen hijo”.
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